El pueblo se manifiesta en plural
El día primero de julio con motivo del proceso electoral 2018, en el seno del Consejo Local del Instituto Nacional Electoral, a propósito de la Jornada Electoral pronuncié estas palabras. “¡Todo listo!, 1598 casillas electorales, domiciliadas en 602 secciones, en 11 municipios. 1,746 localidades, 22,015 manzanas, 484,299 domicilios. 424 Observadores Electorales, una Lista Nominal de Electores de 943,135 registros, 52% mujeres y 48% hombres; destaca que el 53.2% tienen menos de 40 años; 1,687 Aguascalentenses en el extranjero integran Lista Nominal; más de 20,000 vigilantes de partido e independientes, un promedio de 13 auditores políticos por casilla, Notarios Públicos, Ministerios Públicos, Jueces.
Como dato de la importancia de nuestra Nación, tenemos 928 visitantes extranjeros de 60 países… todo en torno al cuerpo electoral que sufragará con la más amplia libertad.
El poder democrático es un Derecho en el que solo el elector puede hacer el tránsito de boleta a voto, su prerrogativa la traslación de sustantivo a verbo. En la soledad de la mesa de votación, en un breve espacio, auditará el poder público, premiará o castigará, ese es su privilegio político; el secreto de su voto queda plenamente garantizado. Su voluntad renovará el Poder Ejecutivo Federal y el Congreso de la Unión, en Aguascalientes el Poder Legislativo. 14,382 ciudadanas y ciudadanos contarán los votos, trabajarán por el respeto a la voluntad popular. ¡Harán patriotismo electoral!
El breve siglo XX detonó la democracia, México perfeccionó los procedimientos electorales. Es complicado hablar de calidad de la democracia. Las ideas de Calidad y Democracia llaman a la reflexión. El rigor filosófico nos exige no confundir la calidad democrática con el nivel de democratización del régimen político. La calidad surge cuando la sociedad consume un elemental nivel de democratización, cuando desempeña requisitos democráticos básicos, tan sencillo como examinar la calidad de los trazos burilados de Posada, comprender los colores Saturnino Herrán, disfrutar los bronces esculpidos de Jesús Contreras, estremecerse con la música de Manuel María Ponce, deleitarse con los versos de Jesús Reyes Ruiz…, honrar los finos impulsos de las y los aguascalentenses.
El laberinto de la democracia hace su cartografía en definiciones procedimentales, nos lo enseñó Robert Dahl en su texto La Poliarquía, (2002). En esos polígonos están los procedimientos que regulan el acceso al poder político. Cuando un régimen político fortalece la cultura vigoriza la calidad democrática.
En ese laberinto estamos hoy, el cuerpo electoral dará su veredicto, es el control del poder político. El control político por excelencia en una democracia son las elecciones. México ha empoderado las instituciones de control, las y los ciudadanos son pares e iguales ante a la ley, en su Régimen Constitucional de Derecho pone límites a la acción del gobierno y políticos, honra el principio de legalidad, los valores y las virtudes son un tema tanto del singular como del plural. La democracia de calidad es una relación sana y de buenas prácticas entre el Estado y la ciudadanía, un Estado de Derecho pleno y cordial, participativo y deliberativo.
La democracia no termina, es más, ni siquiera inicia en procedimientos para seleccionar y controlar el poder político, encuentra su lugar en los objetivos y resultados que se pretenden. La democracia es consustancial a la economía, desarrollo, crecimiento, justicia social, bien común, utopía de la igualdad.
El tiempo político se agotó a las 24 horas del pasado 27 de junio, fue un tiempo de oportunidades: campañas, plataformas electorales, debates, comunicación, redes, nodos, discursos, trabajo colectivo, espacio y lenguaje público… oportunidades con significados que van en sintonía con la frecuencia política de la calidad democrática, son los mecanismos que pautan el acceso al poder político. Hoy, se abre el tiempo de ciudadanas y ciudadanos libres y dueños de su futuro. Elegir gobernantes es un acto de autonomía, consiste en señalar los rumbos desde las urnas. En ese giro está la fuerza del pueblo, el pueblo se manifiesta en plural, nos demanda empoderar los mecanismos de control del poder político existentes, rendición de cuentas, transparencia, garantismo en su pro-persona, pero requiere igualdad de un garantismo en plural, pro-el-otro, es importante, también.
En una nuez: Nuestra calidad democracia tiene sus dimensiones: derechos políticos y libertades civiles, que los ciudadanos puedan elegir gobernantes en absoluta libertad, discutir en el espacio público las necesidades colectivas para satisfacer lo necesario; la dimensión de la participación, esto es, que el gobierno y sus decisiones representen la esperanza de un extenso número de ciudadanos: la dimensión política del Estado Democrático de Derecho.”
Podemos presumir una jornada excepcional. El pueblo se manifestó en plural, asistió a su cita.
Por: Ignacio Ruelas Olvera